La Titularidad de los Centros SANTO ÁNGEL pertenece a las Hermanas del Ángel de la Guarda. Somos una Congregación fundada en 1839 por Luis Ormières y Juliana M.ª Lavrilloux. Nuestro nombre habla de nuestra misión: ser ángeles visibles en nuestro mundo.

Nuestra historia

El beato Luis Ormières y Juliana M.ª Lavrilloux –conocida como Madre San Pascual- nacieron el mismo año, 1809, separados por los 850 kilómetros que hay entre Quillan y Josselin (Francia). Ambos coincidieron en un momento crucial. Luis, sacerdote, tenía un proyecto y buscaba personas que le ayudasen a realizarlo. Para él, enseñar era más que instruir, era educar a la persona y evangelizar. Ensayó métodos nuevos para atraer la atención de los niños y jóvenes del campo y para captar su atención con una enseñanza práctica, más que teórica. En un momento en que las niñas estaban excluidas del sistema educativo, no en teoría, pero sí ‘de hecho’, Luis Ormières comenzó a fundar escuelas en muchos de los pequeños pueblos del sur francés, en el entorno de Toulouse. 

Nada hubiera sido posible sin la Madre San Pascual, una mujer apasionada por hacer la voluntad de Dios que fue capaz de arriesgar y dejar su Congregación, las personas y el lugar que amaba para acudir y trabajar en este nuevo proyecto, convirtiéndose, ambos, en los Fundadores de la comunidad de Hermanas del Ángel de la Guarda. Juntos, lucharon por ofrecer espacios donde la igualdad de oportunidades y el encuentro cercano con Dios fueran, sencillamente, posibles. ‘Espacios verdes’ de ternura, cuidado, orientación, crecimiento... para niños y jóvenes, ancianos y enfermos, familias y pobres necesitados de ayuda.

Ser Ángeles Visibles

Actualmente, nuestra Congregación está formada por 500 hermanas en todo el mundo y estamos presentes en 16 países.  Desde Francia, que es nuestro país de origen, y respondiendo a los deseos de nuestros Fundadores, las Hermanas hemos extendido las ‘alas del ángel’ a diferentes lugares: España, Venezuela, Malí, Colombia, Italia, Japón, Estados Unidos, Alemania,  Guinea  Ecuatorial,  Ecuador, Nicaragua, México, El Salvador, Costa de Marfil y Vietnam. Nos apasiona lo que somos y estamos llamadas a ser en el mundo. Para todos, sin distinción de edades, culturas y situaciones, ser “Ángeles visibles” es una llamada a testimoniar con alegría nuestra identidad, recrearla y compartirla con otros en nuestra misión apostólica, para que el Carisma se expanda en el mundo, como un modo concreto de vivir el Evangelio. Queremos vivir identificándonos con las actitudes de Jesús, con sencillez y transparencia, centrándonos en la Palabra de Dios.

Vivir hoy la sencillez evangélica significa para nosotros, Hermanas y laicos de la Familia Santo Ángel: sinceridad, honradez y autenticidad personal, buscar primero a Dios y su Reino, fe humilde y confiada en la Providencia, transparencia y descomplicación en las relaciones y el modo de vivir, incompatible con el engaño y las apariencias, entrega al Señor y a los hermanos en lo cotidiano. La figura del ángel, tal como se nos muestra en las Escrituras, sigue siendo para nosotras, y para todos los laicos asociados a nuestra misión, la inspiración de nuestro modo de hacer: cuidar, liberar, guiar, orientar, anunciar buenas noticias, consolar, proteger, alabar …

Esta es nuestra misión: ser Ángeles Visibles.

  • Ángeles que acompañan los sufrimientos de las personas que se encuentran vulneradas por multitud de situaciones, apuestan por los últimos con la defensa de los Derechos Humanos y de la Vida y el compromiso por el cuidado del Planeta. Nuestros ámbitos de actuación incluyen proyectos con migrantes y menores, promoción de la mujer, pastoral de la salud, atención a presos…creando cauces de posibilidades nuevas para los más desfavorecidos.
  • Ángeles que educan y protegen, desde la Escuela Santo Ángel. Una escuela que educa para la vida, que construye comunidad, que acompaña procesos personales y apuesta por formar verdaderos discípulos de Cristo. 
  • Ángeles que acompañan y orientan, en la evangelización con jóvenes. Anunciamos a Jesús y su proyecto como una Buena Noticia capaz de hacerles felices
  • Ángeles que consuelan y cuidan, al lado de los enfermos y mayores, haciendo posible el acceso a la salud, garantizando cuidados de calidad, ofreciendo formación donde es necesaria y estando al lado de quien necesita atención espiritual en situaciones de debilidad.